domingo, 30 de mayo de 2010

CONEXIONES


Me he levantado esta mañana pensando en muchas sensaciones que voy descubriendo día a día, en muchos lastres que he ido soltando durante estos 3 últimos años un viaje interno hacia la obtención de respuestas a unas preguntas que se quedan en la superficie, que flotan en la mente y se alían con el corazón. Una simple pregunta me fue llevando a otras y estas a otras más, es como si al ver el hilillo que sale de un jersey deshilachado y en vez de cortarlo empiezas a tirar y a tirar hasta que el jersey se fue desahciendo delante de mí.






Hay situaciones que sin saber como ni porqué nos empujan a sentir a emocionarnos, nos empujan a repetir patrones de conducta adquiridos unos porque vienen dados por la genética, otros porqué son aprendizajes que tenemos en la vida y otros que sumergidos en el subconsciente van apareciendo de vez en cuando. Es esa parte nuestra que late dentro, que fluye, que aparece y desaparace sin que nos demos cuenta.






Cogí un jersey viejo, que empezaba a deshilacharse y al no encontrar tijeras para poder cortar ese hilillo colgando empecé a estirar esperando un final, esperando que se diera por si solo pero eso no ocurría ya que cada vez que tiraba más se descomponía el jersey, y más iba descubriendo como se iban combinando los colores, los dibujos, las formas rectas y abstractas. Me sumergí en el fabuloso mundo de deshacer un jersey. Desenredando una y otra vez cada vez iba más lejos, cada vez descubría más formas nuevas, inventando e imaginando diferentes formas de recomponer ese jersey que se iba destruyendo delante mío.






El mejor descubrimiento fue que hay un gran conexión entre nuestra madre y nosotros mismos desde que somos un simple feto; el cordón umbilical sirve para algo más que alimentarnos físicamente, sinó que también nos ayuda a alimentarnos emocionalmente ya que sentimos, nos emocionamos en el mismo momento en que lo hace nuestra madre. Esa conexión se constituirá como parte de nuestro patrón de como poder enfrentarnos al inmenso mundo de las emociones y los sentimientos. Eso que cortan nada más nacer contiene mucha más información de nosotros mismos de lo que podríamos imaginar, sería como la caja negra de un avión. Sentimos aquello que sienten nuestras madres durante los 9 meses de gestación, somos esponjas de aquello que pasa a nuestro alrrededor y eso condiciona para bien o para mal nuestro ámplio espectro de emociones y conductas que regirán nuestra vida a lo largo de nuestro ciclo vital. A ello también hay que sumarle nuestra experiencia como seres humanos y nuestra interacción con nuestro entorno, familia, amigos, y aquellos con los que interaccionamos durante el resto de nuestra vida.




Es por ello que la desaparación de la mujer que nos ha llevado durante esos nueve meses en su vientre nos provoca un desgarro y un desamparo total hacia un cariño incondicional que no lo suple nada más que el recuerdo de haber compartido momentos buenos y malos.




Solo una pequeña acotación no os dejeis nada en el tintero para decir o comentar porque luego puede llegar a ser un poquito tarde....




SALUDOS Y GRACIAS.






domingo, 23 de mayo de 2010

DE COMO NUESTRO DOLOR NOS IMPIDE DISFRUTAR DE NUESTROS MEJORES MOMENTOS.




Llevo unos meses escribiendo aquí todo aquello que se me pasa por la mente a través del filtro del corazón y de mis pequeños atisbos de cordura, primero desenpolvé mi corazón asomé la mirada a mi mente y a partir de ahí me decidí a plasmar en este pequeño rincón que me ofrece la red todo aquello que creo que me ha ido bien, herramientas que he ido utilizando a lo largo de mi vida que ha podido ser de todo menos aburrida.

Cómo un buen amigo me dijo una vez decidí darle una patada al tablero harto de ver que las piezas se iban moviendo solas, sin que yo pudiera hacer nada por detenerlas. Una vez las piezas estaban por el suelo y el tablero bocabajo empecé a a recoger el tablero, y a recoger y a revisar todas las piezas que estaban en el tablero, algunas se rompieron, otras simplemente se rasgaron y las más fuertes quedaron intactas. Repuse las piezas en mi interior, me inundé de emociones las fui colocando, recordando a cada paso que daba en que posición de la partida anterior había dejado cada una de las fichas, intentando descifrar ese libro de instrucciones que perdí de camino a la barriga de mi madre, el dolor se me iba tornando cada vez más insoportable pero una única fuerza me hacía seguir adelante las ganas de sentirme bien conmigo mismo y poder así ofrecer lo bueno que hay en mí, compartirlo, ofrecérselo solo a quien lo pida y lo valore, sin interferir ni lo más mínimo en su proceso de reorganizar las fichas del tablero, ya que todo ese proceso es personal e intransferible. No se puede contaminar un proceso de cambio con opioniones subjetivas creadas a través de experiencias ajenas y con soluciones que el receptor puede que no esté preparado para poder llevarlas a cabo.

Algunas de las cosas que leeis son mías, otras son canciones escritas por otros, esas pequeñas señales que la vida te ofrece para poder de alguna manera indagar sobre cual es el camino correcto en ese momento de tu vida, y digo en ese preciso instante de tu vida porqué al momento siguiente ya no te será válido. De métodos, metodologías y otros aperos de labranza os puedo contar mucho, pero esos aperos de labranza me sirvieron y me llegaron cuando estaba preparado para recibirlos ni antes, ni después.

Una vez plasmadas ciertas cosas a través del teclado de mi ordenador, empecé a ver fotos de hace mucho tiempo, y decidí presentarme a los demás a través de las imágenes en mi página del facebook fotos que tenía guardadas pero que me costaba enseñar porque no les daba la importancia que realmente tenían, porqué no me daba cuenta de que eran esas fichas que cuando cayeron al suelo no se habían roto, quedaron intactas. Una vez redecorado el pequeño rincón desde el que escribo empecé a publicarlas y al ordenarlas me di cuenta de todo aquello que mi dolor no me dejaba disfrutar. No me daba cuenta que esos momentos de felicidad, de diversión momentánea, de tener la inmensa suerte de poder haber realizado trabajos en los que se me permitía ser yo en todo el espectro de la palabra, no me daba cuenta de que mi vida se había pasado en un suspiro estudiando, sobreviviendo, bailando, animando, dando un poquito de alegría y un poquito de esa luz interna que los demás si que podíais ver en mi pero que yo no me atrevía a aceptar.

Tengo la sensación de que todas esas piezas están preparadas dentro de mi para poder empezar una nueva partida, las instrucciones están estudiadas, repasadas y como no, ya forman parte de mi ADN interno. Y sin que pueda parecer pedante me siento muy orgulloso de mi mismo, de todo lo que he hecho, todo lo que he deshecho y todos los líos en los que me he metido para poder desenliarlos. Me encanta saber que una etapa de mi vida se ha acabado y que me espera otra ni mejor ni peor, sino diferente, empiezo una etapa en que la madurez está llamando a mi puerta, en que debo empezar a jugar una partida diferente con la seguridad de que he ganado y que me puedo sentir victorioso un triunfo que nada tiene que ver con el trabajo, con el dinero, con las posesiones materiales, un triunfo que tiene que ver con saber que las riendas de mi vida están en mi posesión y que los escalones que tenga que bajar para ir a buscar a quien me lo pida los subiré de la mano guiándole/la con la certeza de que la maleza ya está cortada, y si vuelve a crecer sabré como volver a cortarla, sabré que atajos tendré que coger, con humildad, con serenidad y sobretodo con la seguridad que te da el dolor superado.

GRACIAS A TODOS LOS QUE HABEIS PARTICIPADO EN ESTE JUEGO PORQUE TODOS Y CADA UNO DE VOSOTROS TENEIS VUESTRO PAPEL, LOS QUE SEGUÍS, LOS QUE NO SEGUÍS, TODOS Y CADA UNO DE VOSOTROS ME HABEIS DADO TODO AQUELLO QUE NECESITABA EN EL MOMENTO JUSTO, ESPERO HABER CORRESPONDIDO CON LO MISMO Y SI NO FUE ASÍ PIDO DISCULPAS.