viernes, 25 de junio de 2010

DOS CAMINOS, DOS OPCIONES, DOS MANERAS DE VIVIR...


Solo han me han bastado leer tres páginas del primer volumen del Libro "Coversaciones con Dios" para darme cuenta de que a veces las mayores piruetas que das en la vida son las que uno necesita para reorganizar todo aquello que nos preocupa, que nos crea infelicidad y sobretodo que como dije en una anterior entrada nos crea un dolor que nubla nuestra visión desde un punto más objetivo.


Este libro llegó a mi vida hace unos años... fue el tercer volumen... empecé a leerlo y en aquel momento no me dí cuenta que estaba haciendo mella en mi visión de las cosas, en mi manera de comprender mi mundo interior y como mi mundo exterior. En un intento de reflexionar sobre todo aquello que el autor cuenta en el mismo libro, distingue dos caminos, distingue dos visiones para seguir caminando en este mundo que en ocasiones se nos puede antojar como el purgatorio de unas almas reencarnadas que vienen a aprender y a enseñar; pero lo que si que está claro es que todo parte de nuestra opción personal e intransferible de como caminamos por aquí, en como nos enfrentamos a todo lo que nos acontece en todo momento. Dos caminos que se traducen en el miedo y la fe.


El primero es irracional pero a veces necesario para ser aceptados en una sociedad que comparte ese miedo, como traté en otra entrada el miedo que adormece dejándonos llevar por manos de inconscientes que de alguna manera se aprovechan de ese miedo que sentimos en favor propio. Se basa en el principio empírico de la inmediatez, del "Ver para creer" y si no vemos desencadena dentro de nosotros unos sentimientos que aunque compartidos por todos los guardamos porqué lo importante es negarse esas emociones viviendo en una ilusoria felicidad que deciden los demás que tiene que ser así. Hablamos de que no nos gusta la mentira pero es tan necesaria como el comer, algunos confundimos la honestidad y la sinceridad con el ataque directo y la descalificación; sin darnos cuenta de que esto no es más que un mecanismo de defensa para desviar la atención hacia algo ajeno a nosotros, llegando a traicionarnos a nosotros mismo en todo momento. Hablamos de amor cuando en realidad lo que queremos decir es posesíón, nos vanagloriamos de querer saber lo que la persona de al lado creemos que necesita cuando en realidad ocultamos lo que realmente deseamos nosotros mismos. Se utiliza el chantaje emocional como moneda de cambio para conseguir aquello que queremos y como atajo para poder llegar a una victoria que nunca se saborea ya que en el fondo sabemos que no actuamos desde una visión egóica de la situación, desde una visión del control general de aquello que nos sucede. Da miedo perder el control de aquello que sucede, da miedo pensar que hay cosas que van más allá de la lógica ya que muchas actitudes, que a veces nos hacen daño, se han convertido en el decálogo del "ciudadano decente" bajo el epígrafe del "como Dios manda". Sin caer en la cuenta de que lo único que nos manda Dios es que vivamos conforme a aquello que nos crea una alegría interior y que es mucho más simple y a la vez mucho más complicado que una felicidad que depositamos a manos de algún agente externo.


Con ello quiero decir que la alegría interior debe convivir con la felicidad externa que nos pueden dar todas aquellas bendiciones y herramientas que tenemos a nuestro alcance, que nos sirven para poder cubrir esas necesidades que como seres humanos necesitamos para vivir o sobrevivir. Vivir solo con una de esas cualidades es ir cojo por la vida, vivir sin la alegría interior y la felicidad externa nos impide disfrutar de esta última y caminar por la vida solo con la alegría interior es dar la espalda a nuestra condición de seres humanos y como tales olvidarnos que estamos en una sociedad que requiere de nosotros y nosotros requerimos de ella.


En la conjunción de esos dos útimos estadios reside la segunda manera de vivir, la opción más difícil y que en ocasiones es la más dolorosa. Una filosofía que parte de la premisa "Creer para ver", es decir la fe en uno mismo, la fe en que una vez superado cualquier bache en esta vida seremos más fuertes y más conscientes de nuestras capacidades para poder vivir disfrutando de lo externo desde nuestra parte interna, utilizando lo externo como una herramienta de vida no como un objetivo de vida.


Si llega a alguien puede ser que me tachen de "iluso", " loco", "irracional", ese tipo de ocurrencias solo puede partir de alguien que no tiene nada a nivel material, dos pantalones rotos, dos pares de zapatos, y poco más de 50€ en el bosillo. Pero hay algo que por mucho que señalen estas palabras nadie podrá arrebatarme, la ilusión de que toda esta situación externa cambiará a corto, medio o largo plazo. Hay algo que nadie podrá arrebatarme por mucho que lo intenten todo el camino interno que he realizado para llegar a este tipo de conclusiones. A partir de ahí...
¡¡¡¡¡JUZGUEN USTEDES MISMOS!!!!!!!


Saludos y Gracias....


P.D.: al cap. encantador, sigues prendiendo la llama....


2 comentarios:

  1. Cada uno de nosotros, aunque nos pongamos frente a frente, a veces no somos capaces de vernos con claridad. Cada cual ha proyectado una imagen que ha construido en su mente, cubriendo el verdadero rostro de la persona que estamos mirando. Podemos quedarnos con eso, que se produce sólo cuando no somos totalmente conscientes de nuestras propias expectativas, deseos o juicios...y en vez de responsabilizarnos y adueñarnos de ellos, tratamos de atribuírselos a los demás.
    Una proyección puede ser diabólica o divina, inquietante o reconfortante, pero al fin y al cabo se trata de una proyección: una nube que nos impide ver la realidad tal como es. La única salida consiste en reconocer el juego. Cuando encuentres que surge un juicio respecto a otro, dale la vuelta ¿no se refiere a ti, realmente, lo que ves en los otros? ¿es clara tu visión, o está nublada por lo que quieres ver? "hay tantos mundos como mentes, porque cada mente vive en su propio mundo" (Hsin Hsin Ming: el libro de la nada- cap.7)


    otra vez el cap. encantador!!! que agradece tus comentarios.

    ResponderEliminar
  2. es una lastima que en este mundo en el que vivimos nos enseñen a hacer siempre las cosas como Dios manda y crecemos y vivimos con ese rol por no molestar por no dañar o por pura comodidad y nos marchamos al otro mundo sin haber vivido como realmente deseamos, como realmente nos gustaria....
    Ojá amaramos cuando decimos te amo, ojalá quisieramos cuando decimos te quiero sin intentar adueñarnos de la vida del otro, sin intentar volver al otro a nuestro gusto, cada uno es como es y cada uno es libre de vivir como mandamos nosotros mismos...
    yo estoy en proceso me falta el empujón.......
    BESITOS
    TU ADMIRADORA Y ALUMNA DESTACADA

    ResponderEliminar