sábado, 5 de febrero de 2011

EN LO MÁS PROFUNDO DE MI OCÉANO INTERIOR.


He estado buceando en mi océano interior durante todo este tiempo plasmando en este rinconcito todo aquello que iba saliendo a flote. De vez en cuando y para no ahogarme salía a la superficie llegaba a la orilla y jugaba con aquello que me iba encontrado, con aquello que el tiempo había oxidado. Hallé cosas que ni si quiera hubiera podido imaginar, me metí en lo más profundo de mi océano a veces sin rumbo y otras veces con un rumbo fijo. Pero con rumbo o sin él puedo decir que siempre he encontrado el camino de vuelta a casa, bajaba y bajaba y cuanto más bajaba más miedo sentía pero lo mejor de todo es que todo ese miedo iba tomando sentido.


Es allí en las profundidades donde ves que se ha quedado aquello que los demás tiran a tu océano, lo reconoces lo depuras y cuando ya está listo para ser devuelto lo entregas a sus dueños o dueñas, algo que había perdido y que se sentían sin rumbo porque tal vez lo lanzaron o tal vez simplemente se les cayó dentro sin saber donde.


Entre lo mío y lo ajeno mis aguas se hacían más turbulentas, o estancadas hacia el final del camino, tan estancadas que se me hacía imposible llegar al desagüe para tirarlos pero ahí me vi yo delante del tapón tirando de una cadena imposible de tirar hasta que al final pude hacerlo en todo momento.


Es la superficie y una vez limpio todo cuando te das cuenta resulta más fácil tirar lo que no nos gusta al océano ajeno en vez de guardarlo para nosotros o si es posible llegar a un punto de poder transmutar aquello en algo de provecho. Fuí un valiente, un inconsciente quizás o simplemente fui un chaval coherente con sus decisiones al que no le gusta dejar el baile a media canción aunque le toque bailar "con la más fea" de las batallas. Pero no soy amigo de rendiciones, no me hallo a gusto dejando las cosas a medias ya que todo vuelve en su momento y a veces en el momento más inoportuno.


Es allí en lo más profundo de mi océano donde pude sentir el orgullo de haber conseguido muchas cosas de las cuales pueda sentirme orgulloso, es allí en lo más profundo de mi océano interior donde pude aprender a discernir aquello que me toca por derecho y aquello que tiene que ser devuelto ya que no me considero nadie ni mejor ni peor para quedarme con aquello que no me pertenece. Orgullo ¿quizás?, egoismo ¿Tal vez? o simplemente ganas de una tranquilidad largamente anhelada.


En estos momentos y en la orilla de la playa empiezo de cero, empiezo a ver las cosas que no veía de mi... aquello que no pude apreciar de mi mismo por no tener el valor de bucear en lo más profundo de mi océano... y allí aprendí lo siguiente...


"Alguien dijo que el romance estaba muerto, y lo creí en vez de recordar lo que mi interior me estaba enseñando, entonces decidiste acojerme y me hisciste recordar lo que me decían, un sentimiento dentro que no puedo explicar pero mi amor está vivo y no volveré a esconderlo jamás".


Me acojo a mi humilde decisión de ser yo mismo con mis aguas calmadas y limpias y siempre vigilando a que no se vuelvan a estancar....


Saludos y gracias....

No hay comentarios:

Publicar un comentario